domingo, 6 de febrero de 2011

EL CISNE NEGRO: DETRÁS DE CÁMARAS. Por Erica Encarnación

Las clases de ballet que llevó de niña y sus estudios de Psicología en Harvard fueron la base fundamental para que Natalie Portman pueda construir y desarrollar el personaje que le tocó interpretar en este thriller psicológico llamado El Cisne Negro (Black Swan). Una actuación muy interesante que le hizo ganar un globo de oro y la ha convertido en la favorita para llevarse un Oscar como mejor actriz.




El director Darren Aronofsky nos introduce al mundo del ballet de la ciudad de Nueva York a través de los ojos de Nina, una destacada bailarina dedicada por completo a la danza, que se convierte en la primera opción del director artístico Thomas Leroy para su nueva producción El Lago de los Cisnes. Pero Nina encontrará competencia en la nueva bailarina Lily, una chica bastante extraña pero igualmente talentosa. El asunto es que esta puesta en escena requiere de una profesional que refleje inocencia y gracia, de un cisne blanco, y la astucia y sensualidad del cisne negro, así que mientras Nina es un perfecto cisne blanco, Lily es el vivo reflejo del cisne negro.

 Mientras las dos bailarinas convierten su rivalidad en una amistad algo perversa, Nina tratara de buscar el lado oscuro de su personalidad, que la lleve a poder interpretar ambos cisnes, aunque las más profundas fantasías, celos y pesadillas de su subconsciente empiezan a atrapar su mente; viéndose rápidamente totalmente ligada al embrujo y fatalidad de El Cisne Negro.



Fueron 10 meses de trabajo vigoroso los que hicieron que Natalie adoptara no solo el cuerpo si no también la postura y perfección en los movimientos de una bailarina profesional. 

La producción de El Cisne Negro se realizó en el New York City Ballet, y continuó durante varias semanas en Manhattan. Aronofsky trabajó con su talentoso equipo de diseñadores para crear el ambiente del ballet y el complejo mundo al que Nina ingresa, el cual esta caracterizado por espejos, ya que son a través de ellos que la joven bailarina, comienza a tener extrañas visiones.


El vestuario en general del El Cisne Negro estuvo a cargo de la diseñadora Amy Westcott, quien concentró su trabajo en la creación de los atuendos tanto para las secuencias del ballet como para la vida cotidiana de los protagonistas. Mientras que los hermosos vestidos que lucen las bailarinas durante las presentaciones estuvieron a cargo de Rodarte, la compañía de ropa propiedad de las hermanas Kate y Laura Mulleavy; quienes a través de tool, la gasa, las plumas, y las piedras brillantes expresaron toda la hermosura y majestuosidad del mundo del ballet.



El Cisne Negro es un proyecto que Aronofsky guardo con mucha calma hasta encontrar a la protagonista perfecta, y tal parece que lo logro. No deje de ver esta historia llena de intriga y giros en la que una dedicada bailaría convertirá en una versión bastante aterradora de ella misma.

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